Cuando Caracas era una parada para las grandes bandas de rock 

Puede que Netflix nos haya ignorado en su polémico documental Rompan todo. Pero la capital venezolana tiene una historia tan larga de conciertos de nivel internacional que es difícil resumirla en una sola crónica

Gustavo Cerati vino muchas veces, de solista y con Soda Stereo, y siempre nos dolerá que Caracas haya sido su última plaza

En diciembre de 2020, la serie documental de Netflix Rompan todo: La historia del rock en América Latina encendió una singular polémica en Venezuela. Para quienes no la vieron, la serie se pasea por el rock y el pop hecho en México y Argentina desde los años cincuenta hasta el presente, y en menor medida en Colombia, Perú y Chile, olvidando por completo el rock y el pop hecho en otros países de la región. Venezuela es apenas mencionada, aunque los músicos venezolanos Héctor Castillo y Cheo Pardo están entre los entrevistados. 

No es exagerado decir que los grupos venezolanos de rock y pop son poco conocidos en el exterior y en el país siempre tuvieron problemas para llenar los conciertos. Témpano, La Misma Gente, Sentimiento Muerto, Desorden Público, Los Amigos Invisibles, Caramelos de Cianuro y Zapato 3, por nombrar solo a algunos destacados grupos de rock nacional del período que comienza a principios de los ochenta, hasta donde sabemos, nunca pudieron llenar el Poliedro y a duras penas el Teresa Carreño. Tampoco tuvo mayor relevancia internacional otra propuesta interesante como fue la fusión de rock con elementos folklóricos, con músicos como Alexis Rossell, Vytas Brenner y los hermanos Spiteri. Por lo demás, los artistas que han salido del conocido Festival Nuevas Bandas desde 1989, independientemente de su calidad y originalidad, no han logrado trascender al gran público, como sí lo hicieron en los ochenta los artistas del boom de la música pop venezolana: Yordano, Ilan Chester, Melissa, Adrenalina Caribe, Daiquiri, Frank Quintero, Montaner, Franco De Vita, Colina y Aditus. Estos artistas tuvieron el apoyo de los dos grandes canales de televisión y sus disqueras en una época en que estaba en auge la política de “compre venezolano”, luego de la primera gran devaluación de la moneda nacional en 1983. 

Pero la serie de Netflix nos hizo pensar de nuevo que en Caracas, como en el resto del país, no todo era rock ni pop, era mucho más. Esa es parte de la explicación de la falta de apoyo masivo a los grupos nacionales. En el período que vamos a reseñar hubo conciertos de todo tipo. Salsa de Nueva York y la local, merengue dominicano, nueva trova cubana, disco, reggae, ska, jazz, bolero, balada, rancheras, clásica, gaita zuliana, joropo, cumbia, electrónica, brasileña. Había música para todos los gustos, algo cónsono con una ciudad cosmopolita en el medio del Caribe, llena de residentes y visitantes de origen extranjero y de otras partes de Venezuela. Y que aunque nuestro rock no haya tenido la resonancia del de México o el de Argentina, aquí sí había público y empresarios para el género, desde los años 70. 

Rompan todo nos da pie para hacer nuestro propio recorrido del rock y del pop que mi generación pudo ver y escuchar en Caracas por tres décadas seguidas, antes que la recesión económica y los conflictos políticos intervinieran en la vida cultural venezolana haciendo casi imposible disfrutar de estos espectáculos en vivo.

Sitios emblemáticos y sitios para el olvido

Los espectáculos en Caracas solían tener mucha energía por la calidez y el temperamento del público. Había conciertos de cuarenta y cinco mil personas y de mil, en El Poliedro y su inolvidable estacionamiento, el Teatro Teresa Carreño, La Rinconada y su campo de béisbol, el campo de fútbol de la Universidad Simón Bolívar, el Estadio Olímpico de la Universidad Central, el Nuevo Circo, el Parque Naciones Unidas, el teatro del Colegio Santa Rosa de Lima, la Plaza Caracas, Mata de Coco, el anfiteatro y el estacionamiento del Centro Comercial Sambil, el autocine de El Cafetal, el Valle del Pop. 

Si algo aprendimos con estos conciertos fue a distinguir entre sitios buenos, malos y regulares y a evitar en lo posible los estacionamientos que siempre presentaban algún inconveniente. Pero sin duda, de alguna forma conocimos mejor nuestra ciudad de norte a sur, sus alrededores y su gente. Además de que un gentío venía de otras ciudades a Caracas a ver los espectáculos. Muchas horas pasamos para entrar y salir de los recintos en medio de las multitudes, algo que aguantábamos con estoicismo en una ciudad que hasta hace poco fue muy congestionada. No olvidemos tampoco la delincuencia, porque el que iba a un concierto estaba expuesto a encontrarse en medio de una golpiza, extraviar la cartera, quizás los zapatos o un suéter, o bien conseguir su carro desvalijado al final del espectáculo o que no hubiera transporte público para regresar, aunque para los amantes de la música todos esos riesgos valían la pena. 

En esta reseña está buena parte de la banda sonora de más de una generación, pero tenemos que advertir que no pretendemos ni podemos cubrir todos los conciertos, artistas y foros de una época tan larga. De antemano las excusas del caso por la falta de exhaustividad. 

Los ochenta

Para mi generación el punto de partida debe ser el concierto en 1980 del guitarrista y cantante Peter Frampton. Desde el concierto de Carlos Santana en 1973 no se veía nada igual en el país. Al año siguiente se presentaron dos de los grupos más importantes de los años setenta y ochenta en el mundo: The Police y Queen. The Police no llenó sus dos conciertos en Caracas aunque ya eran muy conocidos. Un par de años después llegaron al tope de la popularidad. Probablemente el grupo de la década. En Queen no cabía un alma en sus tres presentaciones de su disco The Game, en las que tocaron grandes éxitos como “Bohemian Rhapsody” y “Love Of My Life”. Para muchos, el mejor recital que ha habido en el país. Los conciertos de Queen fueron apoteósicos, pero para sus teloneros —el grupo Melao— la pita fue inmisericorde. 

En los años siguientes se presentaron: Saga (1982), Harlequin (1982), Grand Funk (1982), Van Halen (1983), Quiet Riot (1984), Nina Hagen (1985), Charly García (1989), Cindy Lauper (1989). Los artistas venezolanos del llamado boom coparon gran parte de la escena de los conciertos a partir de 1985. Mecano también tuvo exitosas presentaciones en vivo en 1986 y 1987. Soda Stereo empezó a dar conciertos en Venezuela en 1987 y estuvo viniendo regularmente hasta 1997. En 2007 regresarían por última vez en su gira Me Verás Volver. 

Los noventa

Reo Speedwagon tocó en Caracas en 1991, luego de cuatro años de haberlo hecho en la Plaza de Toros de Valencia. Ese año explotó Soda Stereo en Venezuela con el disco Canción Animal, del año 1990. Sus producciones musicales eran novedosas y sus presentaciones en vivo, siempre abarrotadas de público, tenían mucha fuerza, particularmente con Gustavo Cerati en la guitarra. La popularidad de Soda Stereo llegó a la cima coincidiendo con el Festival de Rock Iberoamericano en El Cafetal de 1991. Ya no era Charly García el mayor emblema del rock en español. Para muchos ese festival es el punto más alto de los conciertos de rock en el país, al menos de rock en español. Por cinco días, Los Prisioneros, Soda Stereo, Fito Páez, La Unión, Desorden Público, Zapato 3, Sentimiento Muerto, Miguel Ríos y Os Paralamas Do Sucesso hicieron de Caracas la capital del rock en Iberoamérica. 

Marillion estuvo en Caracas en 1991 y 1992 con mucho éxito. Es el grupo más sobresaliente de rock sinfónico o progresivo para buena parte de mi generación. En 1993 se presentó Peter Gabriel con su propuesta de world music, sin una sola canción de su antiguo grupo Genesis, cosa que no sorprendió a nadie. Trajo un show con buen sonido pero más corto del que hizo en Europa en su gira Secret World, sin todos los efectos especiales. La noche anterior al espectáculo, el baterista Manu Katché estuvo en el emblemático local de salsa El Maní es Así en Sabana Grande. Era frecuente ver a los músicos extranjeros y venezolanos en los bares y discotecas más conocidos de la ciudad. Caracas era nuestra ciudad de la furia sin desmerecer a Buenos Aires.

Vinieron también Iron Maiden (1992), Guns N’ Roses (1992), Rick Wakeman (1993), Jon Anderson (1993), Miguel Bosé (1994), Robert Plant (1994), UB40 (1994), Sting (1994), INXS (1994), La Unión (1994), Phil Collins (1995), Metallica (1999), Yes (1999), Men at Work (1999), Alanis Morissette (1999).

Ticket de otro concierto inolvidable, el de «Guns»

Rick Wakeman dejó boquiabiertos a los que lo vieron con su virtuosismo en los teclados. Jon Anderson pasó sin pena ni gloria cuando vino como solista a cantar fundamentalmente new age. Sting presentó un tremendo show con músicos de lujo. El concierto de Phil Collins en su doble rol de cantante y baterista es uno de los más recordados que haya habido en Venezuela. Yes llenó los dos shows con la nostalgia del rock sinfónico dominado por la impecable guitarra de Steve Howe y el incomparable bajo de Chris Squire.

Del 2000 en adelante

El año 2001 empezó con Oasis, Collective Soul, Sting, Sheryl Crow y Maná en la primera edición del Caracas Pop Festival. Luego Camel y Fish. El año musical terminó con el legendario Eric Clapton que vino a tocar más blues blanco que rock. En 2002 vinieron los Red Hot Chili Peppers y se presentó el no menos famoso Roger Waters, fundador de Pink Floyd, en la segunda edición del Caracas Pop Festival. El fastuoso sonido cuadrofónico que se escuchó esa noche no tiene comparación con nada de lo que haya escuchado. La nitidez era algo inmejorable para las canciones de los discos The Wall, Dark Side Of The Moon, Animals y Wish You Were Here. Un helicóptero sobrevoló de forma intimidante el terreno descampado a baja altitud en la mejor representación de “The Happiest Days Of Our Lives”. También se presentaron Alanis Morissette, Korn, La Ley y No Doubt en el mismo Caracas Pop Festival de 2002. Ambas ediciones del Caracas Pop Festival tenían la particularidad caribeña de que incluían además artistas de salsa, merengue y otros géneros.

Fito Páez estuvo nuevamente en 2006 y 2008. Jorge Drexler en 2007 con un concierto lleno de sonoridades. REM y Travis en 2008. Peter Gabriel en 2009, al igual que Elton John, Roger Hodgson, Kiss y Iron Maiden. Aerosmith, Green Day y Metallica en 2010. Hodgson retornó ese año. En el concierto de Aerosmith supimos que Gustavo Cerati había colapsado después de su presentación en Caracas el día anterior, en lo que sería su último recital. Tocando con Asia en 2011 vimos a Carl Parlmer, el mejor baterista que he escuchado en vivo. La lista culmina con Smashing Pumpkins y un nuevo show de Elton John en el 2012, y el regreso de Aerosmith en el 2013.

Metallica en Caracas hace no mucho tiempo: en 2010

Los que nunca vinieron 

Los grandes ausentes en Caracas en las últimas décadas probablemente sean McCartney, U2, Coldplay, Rolling Stones, Rush, Genesis, King Crimson, Radiohead y AC/DC. Estos artistas han ido a las más importantes ciudades de Suramérica pero desafortunadamente no han tomado en cuenta a Venezuela. Se trata de nombres fundamentales en la historia del rock y pop. Algunos de ellos siguen dando conciertos, al menos hasta comienzos de 2020 cuando el mundo de los espectáculos entró en suspenso a nivel mundial. 

Todos los que fuimos a la despedida de Soda atesoramos ese recuerdo

Para concluir tenemos que decir que en los últimos años ha habido pocas oportunidades para desarrollar la pluralidad cultural en Caracas y en el país. Producir eventos en vivo es costoso y complejo, y desde hace muchos años no se han montado grandes espectáculos de rock y pop. La pregunta queda abierta en cuanto a si los artistas de renombre querrán venir en algún momento y si los empresarios querrán asumir los riesgos económicos de traerlos. Mi generación lo agradecería y las siguientes también, con nuevos y viejos artistas, locales y foráneos.