El queso venezolano se extiende por Buenos Aires

Es tan fresco que no se puede exportar, pero en los anaqueles de la metrópoli sureña comienzan a aparecer distintas variedades del queso de Venezuela hecho en Argentina

A veces lo llaman queso latino en los comercios, pero es venezolano: llanero, ahumado, concha negra, de mano

Foto: Shakira di Marzo

En 2018 los venezolanos ocuparon el primer puesto en el ranking de extranjeros radicados en Argentina. Solo en ese año llegaron 70.531, según el Ministerio del Interior. Esta cifra se siente en las calles de Buenos Aires, entre otras razones porque la ciudad autónoma parece enriquecerse cada día más con restaurantes y productos venezolanos, entre ellos el queso.

Esto no es irrelevante porque ese queso no puede exportarse. Se produce en general con leche de vaca no pasteurizada, justo el detalle que lo hace tan rico y especial. Pero eso también significa que debe consumirse fresco, en ambientes controlados y lo antes posible. 

Sin embargo, marcas como El Tovareño y Campo Alto, entre otros pequeños productores, se abrieron paso en el mercado argentino y comenzaron a distribuir el queso venezolano que ahora se consigue en Buenos Aires. Las variedades más conocidas son el queso llanero y el queso duro concha negra. En algunos sitios el queso venezolano es llamado también queso latino, por su parecido con los quesos frescos que se consumen en países como México, Brasil o Colombia.

Luis Rodríguez Prieto es uno de los primeros que se dio la tarea de producir queso venezolano en tierras extranjeras. Hace cinco años no se conseguía como ahora. “Con un quesero venezolano y adiestrando a algunos chicos argentinos le dimos forma a lo que es hoy El Tovareño”, cuenta Rodríguez, propietario de la marca con una venta instalada de 15 toneladas al mes de queso llanero, el más consumido por los porteños y venezolanos. También producen queso duro de rallar, quesos semiestacionados de concha negra y roja, líneas de queso amarillo y esporádicamente queso ahumado y queso de mano.

El Tovareño no solo produce para Gran Buenos Aires: el queso venezolano llega a Bariloche, Neuquén, Santa Fé, San Luis, Córdoba, La Plata y Mar Del Plata. En la capital argentina, locales como Pibemarket y Comosano ofrecen sus quesos, y sus propietarios cuentan cómo ha trascendido el producto hasta el consumidor argentino, que no lo tenía registrado en su paladar. 

Daniel Dasfaias, emprendedor de Comosano, afirma que el queso llanero es uno de los productos mejor recibidos tanto por su calidad como por su precio.

“Es totalmente distinto a lo que cotidianamente se consigue acá, por eso, a pesar de que la mayoría de los clientes son venezolanos, estoy comenzando a tener una importante clientela argentina”. 

Los argentinos Victoria Rabinovich y Paul Feldstein, (cocineros y socios propietarios del restaurante Lupa, en Buenos Aires) usan el queso llanero como uno de los ingredientes principales en su plato de mandioca gracias a su especial textura y sabor, que le aporta el grado justo entre frescura, gusto y consistencia: “Nosotros nos decidimos por el queso llanero, el semiduro. Lo usamos porque es fresco, nos gusta la cantidad de sal que tiene y que no se derrite como la mozzarella. Es ideal para la consistencia que necesitamos al sellar la mandioca por un lado y el queso por el otro”, comentan. 

Ivonne Blanco también se decidió por emprender en el mundo de los productos venezolanos, y en 2019 adquirió Pibemarket, donde ofrece toda la línea de productos de quesos El Tovareño y quesos Los Andes. “La realidad es yo estos quesos los vendo con mucho amor”, confiesa. “Los argentinos lo reciben con gran sorpresa, les parece muy rico y cada vez se van familiarizando más con este producto. Esto es importante porque para mí el queso es sabor de familia y sé que también el venezolano necesita reconectar con esa memoria gustativa, hay una necesidad de sentirnos en casa”, cuenta Ivonne. 

Pibemarket vende todos los quesos de El Tovareño y Los Andes, como una embajada de nuestra memoria gustativa

Foto: Shakira di Marzo

Tierra y clima distintos, personalidad propia

Los productores de queso venezolano trajeron consigo las técnicas de elaboración, pero concuerdan en que las características propias de la tierra argentina, como el clima y las vacas lecheras, dan variaciones en la producción, lo que trae como resultado un producto único que debe competir con las más altas exigencias.

Luis José Hernández es un pequeño productor de quesos que recibe su leche de vacas de campo en Tandil. Cuenta cómo factores básicos para los argentinos, como las estaciones, pueden cambiar la forma en la que estamos acostumbrados los venezolanos a producir el queso. “En invierno, por ejemplo, la vaca come menos y da menos leche. En Venezuela la producción puede ser mucho más controlada en ese sentido, no tenemos picos fuertes de cambios de temperatura”. El queso llanero en Buenos Aires tiene un sabor parecido al paisa y palmizulia en Venezuela.

Para Javier Padrón, creador de Campo Alto junto a Alberto Bello, la importancia radica en la calidad de la leche de la vaca: “Las vacas que tenemos y con las que trabajamos para producción de leche son mayormente de la raza Holando-Argentina, vacas lecheras por excelencia, y su alimentación es lo más importante”. Campo Alto nació apenas en 2018 y produce queso palmita y queso duro concha negra especial para rallar.