El reto nada sencillo del concierto online 

En los últimos meses artistas de todo el mundo, venezolanos incluidos, han decidido probar suerte con los espectáculos virtuales. Pero hay riesgos como los problemas técnicos y el rechazo del público

Voz Veis fue una de las agrupaciones que optó por el concierto online, como tantos artistas en todo el mundo durante la pandemia. ¿Habrá llegado para quedarse esta modalidad?

Foto: Voz Veis

¿Desde cuándo no salían a la luz esos afiches y franelas de Servando y Florentino? El 21 de febrero de 2021 había mucha gente usándolos a la vez, pero por separado, no en un estadio o un teatro, sino conectados a un concierto en streaming de los hermanos Primera. Era el show En tu cuarto, donde los asistentes, o más bien los usuarios, corearon a distancia éxitos del dúo y conocieron algunas nuevas canciones. 

Por esta fecha otros artistas venezolanos anunciaron otros eventos online para reencontrarse con su público y, por supuesto, obtener ingresos al cabo de meses y meses de auditorios cerrados por la pandemia. Lasso (Andrés Lazo) estrenó Un cuento de Navidad y una serie de encuentros titulados Lasso en íntimo. El rapero Lil Supa también había presentado el show NEØN, que fue hecho en Venezuela con grandes recursos tecnológicos. Voz Veis, el 25 de abril, también llevó a cabo su reencuentro desde Miami, haciendo conectar a cientos de personas en todo el mundo que celebraron el momento sin quejas.

El 8 de mayo, Guaco fue tendencia en las redes sociales, algo que se ha vuelto común para la banda cada vez que anuncia algún espectáculo. Solo que esta vez la discusión no era sobre el alto costo de la entrada para los eventos en vivo de la “superbanda de Venezuela”, sino la mala calidad técnica del evento virtual, aunque no fue transmitido en vivo. Hubo múltiples fallas para acceder. 

En varios casos, esos conciertos virtuales de artistas venezolanos o internacionales plantearon entre el público una pregunta: ¿Vale la pena pagar por este tipo de espectáculo? 

Para muchos en Venezuela la respuesta es negativa: aseguran que la experiencia no es la misma sin la tarima y sin cientos de personas juntas, muy pegadas, en un mismo sitio, cantando a todo lo que les da la voz.

También es cierto que en el país hay un miedo particular. Sí, puedo pagar la entrada de ese artista al que sigo desde siempre, ¿pero qué pasa si mi internet falla? Esto por plantear el escenario ideal de un hogar donde el internet suele ser estable y no el de sitios donde nunca hay o donde para ver un video de tres minutos en YouTube hay que invertir más de 20 minutos.

Sobre esta nueva forma de presentar música, los profesionales del espectáculo y la cultura también tiene su punto: llevan más de un año sin presentarse, lo que es igual a más de un año sin tener ganancias significativas. O sin ingresos de ninguna índole.

Las plataformas: aliado y enemigo

Con el inicio del confinamiento y la cancelación de eventos públicos, los músicos tuvieron que activarse más de lo normal en las redes sociales, por ejemplo para plantear encuentros por lives de Instagram donde tocaban canciones en un formato íntimo. También se realizaron grandes encuentros de estrellas como el del One World (Un Mundo: Juntos en Casa) que se realizó en apoyo al gremio médico que luchaba, y lucha, con el virus en todo el mundo, con estrellas como los británicos Elton John y Paul McCartney, la estadounidense Lady Gaga, el colombiano Maluma y el pianista chino Lang Lang, entre otros. Para el segundo semestre del 2020 fue Bad Bunny quien recorrió las calles de Nueva York cantando sus canciones, y de forma gratuita el mundo lo pudo ver desde casa. 

El streaming era el aliado en estas circunstancias, y los venezolanos lo entendieron. “Los shows de Lasso han sido una sorpresa», afirma su mánager Joaquin Pavia «Wakks», director general de Nakama, agencia mexicana especializada en management y booking. “De hecho me parece que ha sido de los artistas latinoamericanos que más éxito ha tenido a nivel de streaming y tiene que ver con que supimos aprovechar la pandemia a nuestro favor y crear estrategias. Incluso mucha gente conoció el proyecto en la pandemia”. 

Aunque haya casos exitosos, en muchas oportunidades el resultado ha sido opuesto. Un ejemplo es el concierto del neoyorquino Marc Anthony.

Las fallas en el servidor impidieron acceder al concierto de Marc Anthony a gente que compró entradas y tuvieron que subir el concierto de forma gratuita a YouTube. Fue el mismo caso con Guaco en Venezuela.

Toda producción amerita un plan, un guión con ciertas exigencias que deben ser cumplidas para que el evento salga bien y el consumidor se sienta satisfecho. Dentro de ese plan, según la productora venezolana Ana Díaz, se establecen algunas situaciones, imprevistos, con soluciones para ser ejecutadas al momento: “No es extraño que los imprevistos de un show en vivo se trasladen a estas experiencias virtuales, porque en estos eventos uno depende de terceros. Un ejemplo es el tema tecnológico (servidores, tráfico de internet) a veces pasa que una plataforma está diseñada para un número de personas y la excedes, como pasaría en un teatro o cualquier otro espacio. Todos estos protocolos de seguridad en cuanto a acceso y cantidad de personas conectadas es algo que se sigue trabajando porque somos aún nuevos en esto”, explica Díaz, quien estuvo a cargo de la producción de Desorden en Petare, los Premios Pepsi Music y Festival de Música Urbana, entre otros.  

Cómo vender un concierto online

Justo porque algunos se resisten a comprar entradas para estos eventos, hay ciertas estrategias y propuestas que los hacen atractivos. En primer lugar, está la oportunidad de ver artistas que tenían años sin visitar Venezuela por la crisis económica y social, principalmente los artistas extranjeros. Otro atractivo es el reencuentro, como en el caso de Voz Veis y Servando y Florentino, o la despedida en el caso de Oscarcito. 

“Estos eventos deben ser creativos y novedosos”, afirma Díaz. Para ella la virtualidad hace que se pueda jugar con muchos recursos tecnológicos o, por lo contrario, proponer encuentros íntimos y por plataformas como Zoom, ofreciendo un contacto mucho más cercano con el fan.

Nacho Palacios, de la productora Crack Estudio, cuenta: “Lo primero es entender que si bien el contenido puede ser el mismo, la experiencia hay que pensarla para el espectador que está al otro de la pantalla. No se puede pretender que lo mismo que se hacía en un evento presencial funcionará automáticamente para el de la audiencia en línea. Creo que el reto está en mantener al espectador interesado en una experiencia que no está en vivo frente a tus ojos sino en una computadora, un TV o un celular”. 

En el caso de Guaco, con su Guaco sin Fronteras, vendió la trayectoria. No se pensaría que una banda como esta ofrecería un espectáculo que no solo presenta problemas de transmisión, sino de calidad en imagen y edición. 

También muchos venezolanos, con menos impacto mediático, han salido triunfadores de este tipo de experiencias: la ganadora del Grammy Latino Nella Rojas, Irepelusa y Motherflowers, los raperos Lil Supa y Ríal Guawankó, y una serie de eventos realizados con la Sinfónica Ayacucho, este último producido por el mencionado Crack Estudio. 

Al preguntar a los entrevistados sobre la negativa del público a este tipo de eventos, aunque se sabe que sí hay personas que lo consumen, coinciden en que hay que “reeducar”, explicar que este es otro formato que podrá en un futuro convivir con la presencialidad. “Es muy triste ver cómo la gente no le da el valor al contenido, a pesar de que la industria del entretenimiento fue fundamental para no enloquecer en la pandemia. Hace falta que entiendan lo que es el contenido y que se puedan seguir haciendo cosas”, dijo Pavia, manager mexicano de artistas de toda Latinoamérica. 

Por su lado, Díaz expresa: “Esto es un trabajo también, sí, está la parte romántica del hecho artístico, en el que muestras tu obra, pero ese es el trabajo del artista y el trabajo de todo un equipo y tiene que haber una remuneración. Tiene que haber un pago aunque sea simbólico”. 

Un futuro cercano entre lo presencial y lo online

Hace días el cantante venezolano Ilan Chester anunció que estaría presentando el musical El Musiú, un espectáculo que unirá música, narrativa y humor. La propuesta eran dos funciones presenciales el viernes 4 y sábado 5 de junio en el Trasnocho Cultural, el evento sería grabado y posteriormente transmitido vía streaming. Sin embargo, fue cancelado por un cuadro viral que tiene al cantante en reposo. 

Además de este musical y otras presentaciones que se están haciendo en teatros con un aforo mínimo, la presencialidad, en Venezuela, no es algo que se espere a corto plazo, tomando en cuenta la inexistencia de un plan de vacunación eficaz y que antes del covid-19 Venezuela ya había dejado de ser un país en el que se celebraban conciertos constantemente. 

De forma virtual se tiene previsto para el 12 de junio el de Los Montaner: Solo una vez, en el que se reunirá Ricardo Montaner, Mau y Ricky, Evaluna Montaner y el colombiano Camilo. Para el mismo día Luz Verde, banda de rock venezolana residenciada en España, presentará Luz Verde: Concierto virtual

Otros proyectos musicales nacionales, fuera de Venezuela, han logrado agendar giras, principalmente en Estados Unidos. Es el caso de Yordano, Los Amigos InvisiblesAnakena.

Queda que los equipos detrás de los artistas logren resolver y entender en su totalidad las herramientas que ofrecen las plataformas streaming, y que los artistas buscan propuestas diferentes para atrapar al público. Habrá que seguir mostrando posibilidades dentro de una alternativa que no desaparecerá cuando los grandes conciertos dejen de ser impensables. Hay que entender la necesidad de trabajar del artista, pero también los derechos del público.