Freddy Bernal se quita el rojo para ganarse al Táchira

Lo que por muchos años ha sido un Estado opositor está cambiando según diferentes sondeos. Una oposición dividida complicó el escenario lo suficiente como para acercar a la victoria al “protector”

táchira
La condición fronteriza de Táchira, por donde pasa la mayor ruta de la migración terrestre, atraviesa su cotidianidad y su campaña electoral

Foto: Composición de Sofía Jaimes Barreto

En los últimos meses, el “protector del Táchira”, Freddy Bernal, asumió de facto funciones propias de un gobernador y comenzó su campaña para la Gobernación. Primero vimos que estaban arreglando calles y pintando paredes. Luego apareció el lema “Amemos al Táchira” y toda la narrativa de Bernal se aferró a esta consigna, que dio nombre a lo que ha presentado como “una plataforma electoral independiente”. Tanto es así que en la actual campaña el candidato del chavismo —un líder histórico de la llamada revolución bolivariana, desde los intentos de golpes de estado de 1992—, no usa el color rojo ni los símbolos emblemáticos del partido gobernante. Sus cuñas ni siquiera mencionan al PSUV.

 

En su campaña, el expolicía tachirense sale inaugurando obras, siempre subrayando que gracias a sus buenos oficios se reabrieron los puentes fronterizos con Colombia, cerrados desde la pandemia (pero el puente que estaba bloqueado con contenedores, para impedir el paso de las gandolas con cargamento humanitario desde el concierto en Cúcuta, siempre permitió el paso a pie). Bernal se dice responsable de que se hayan reactivado recientemente los vuelos comerciales y de que hayan vuelto a los terminales las líneas de buses que conectan al Táchira con el resto del país. 

Como suele pasar con los llamados “protectores”, Bernal se empeña en transmitir al Táchira el mensaje de que solo él tiene recursos y acceso al Gobierno central para hacer que pasen cosas. Pero con Bernal estamos viendo adhesiones antes desconocidas para un candidato chavista en este estado.

El presidente de la históricamente opositora Asociación de Ganaderos del Táchira (Asogata), Edgar Medina, y otro crítico férreo  del chavismo, Alberto Maldonado, presidente de la Federación de Trabajadores del Táchira (Fetratáchira), declararon su apoyo a la plataforma “Amemos al Táchira”, a la que venden como la única opción de “recuperación” para la entidad. Lo mismo está pasando desde otros gremios representativos de la región. 

La plataforma de Bernal también está impulsando al candidato del PSUV a la alcaldía de la capital del Estado, Silfredo Zambrano, quien podría convertirse en el primer alcalde chavista de San Cristóbal, por cuanto hay cuatro candidatos opositores compitiendo por ese puesto.

La vuelta de tortilla

Según el CNE, Táchira fue el estado con menor participación en las elecciones parlamentarias de diciembre pasado. De una población electoral de 855.581 personas, apenas votaron 164.445. La abstención fue del 80,49 por ciento, pese al impulso de la gobernadora Laidy Gómez, de AD. El PSUV logró tres de los diputados por el voto lista y solo uno fue de AD.

Para estos comicios regionales, el universo electoral tachirense es de 892.940 electores. Sin embargo, la realidad los ha vuelto indiferentes frente a la política. La profunda crisis económica y social tiene a los tachirenses ocupados resolviendo su día a día. 

Las divisiones, el discurso político de confrontación también han desmotivado a los ciudadanos. Hace meses, la gobernadora Laidy Gómez anunció que participaría en unas elecciones primarias por el Frente Amplio. Apoyado con la tarjeta de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), al mismo tiempo fue postulado Fernando Andrade, exalcalde de Michelena . Se hizo claro desde entonces que no había unidad en la oposición. No hubo primarias ni consenso entre estos dos aspirantes opositores a la Gobernación del Táchira y ambos continúan en la carrera para el cierre de esta nota.

Desde acá, esta historia da una sensación de déjà vu. La victoria del opositor Cesar Pérez Vivas en la contienda electoral de 2008 se produjo gracias a la división del chavismo, luego de que el candidato del PSUV, Leonardo Salcedo, perdiera votos ante otra candidata chavista que se lanzó por la calle del medio. Este mismo escenario es el que temen que se repita ahora pero para perjudicar a la oposición.

¿Cómo votarán los gochos?

En este contexto, para el chavismo en este momento el principal adversario no es un nombre sino una tarjeta: Acción Democrática. Son los votantes de AD, todavía con fuerza en el Táchira, los que escuchan a la gobernadora y a sus aliados cuando califican a sus competidores en la oposición como “alacranes”. Andrade ha concentrado su discurso, por su parte, en criticar a Freddy Bernal y al Gobierno de Maduro.

Pese al entusiasmo de cada parcialidad política, los electores tachirenses serán quienes decidan el destino político del Táchira. Son ellos los que siguen aguantando el deterioro de todos los servicios públicos, y una escasez de medicinas e insumos en los hospitales tan grave que continuamente deben pasar a Colombia para buscar allá tratamientos de quimioterapia, entre otras cosas.

Miguel Castellanos tiene a sus dos hijas fuera del país. Trabaja en una oficina y su principal preocupación es conseguir las medicinas para el tratamiento de su esposa, aquí o en Colombia. Estuvo en Perú un tiempo y regresó. Dice que va votar porque “no puede dejar su ciudad en manos del chavismo otra vez”. Sueña con un cambio en el Gobierno nacional que le permita a Venezuela recuperarse y salir de la crisis económica.

Vanesa Contreras, por el contrario, está renuente a participar en el proceso electoral: “He votado desde los 18 años, he sido testigo principal, suplente, coordinadora de testigos, protesté con la frente en alto y también con capucha. Tuve que meter mi vida en una maleta y dejar mi hogar por tres meses. He visto madres enterrar a sus hijos o despedirlos sin boleto de regreso. Y no ha habido cambios positivos. La dirigencia opositora se ve muy cómoda y pareciera que serlo es un buen negocio. Entonces no, gracias, pero no voto hasta que no haya condiciones reales para que mi voluntad se respete”.

Desde hace ya varios años, esta región fronteriza ha venido experimentando problemas que luego se han extendido al resto del país: el racionamiento de combustible, la desaparición del efectivo, el uso por necesidad de divisas extranjeras, el tráfico de personas, horas y días sin electricidad… En Táchira ha habido violentas protestas que no han tenido eco en Venezuela. La huella emocional de todo esto se va a reflejar en la contienda entre Laidy Gómez y Freddy Bernal. 

El orgullo regional, la famosa tenacidad tachirense, puede terminar llevando a los electores a las urnas. Un dicho de monseñor Carlos Sánchez Espejo se hizo verbo cotidiano: «El Táchira hace lo que el Táchira quiere”. Las preguntas ahora son: ¿Qué es lo que quiere el Táchira? ¿A quién prefiere el Táchira?

Lee todas las notas que componen la serie Fiesta Electoral en este link