Diez verbos para aprovechar la cuarentena

Son muchas las cosas que podemos hacer para que estos días o semanas de encierro no sean tiempo perdido ni nos hagan daño

El ocio, al contrario de lo que algunos piensan, es acción. Afortunadamente, un creciente número de ciudades del siglo XXI han hecho de él un poderoso activo mediante la cultura, el turismo, el deporte y la recreación. Hoy, la emergencia planetaria generada por el COVID-19 ha trastocado la cotidianidad de los centros urbanos: millones de personas deberán quedarse en casa. Muchos trabajarán o estudiarán a distancia, pero otros esperarán impacientemente para volver a sus rutinas, incluida la búsqueda de empleo. 

Sólo queda echar mano de nuestros recursos más cercanos y comprender que el ocio es, en gran medida, un reducto de libertad. Es decir, aquello que elegimos hacer porque nos gusta, pero añadiéndole el valor de la responsabilidad de quedarnos en casa para cuidar de nosotros mismos y de los más vulnerables. Nunca como antes el ejercicio del ocio fue tan necesario. Aquí va una guía del ocio en casa para hacerlo productivo durante la encerrona del coronavirus (gracias a mi amigo Patxi por la idea).

1: Llamar

¿Hace cuánto que no llamas a esa amiga, a ese primo, a esos familiares que tanto extrañas? Retomar viejas conversaciones, recordar experiencias memorables y ocuparnos de los que más nos importan es una buena manera de comenzar el día. Por otra parte, es una excelente forma de compartir ideas y sugerencias para enriquecer nuestros itinerarios de ocio.  

2: Leer

Carga el dispositivo electrónico de lectura y revisa los libros que reposan en la mesa de noche o están llenos de polvo en la biblioteca. Tal vez tu ciudad dispone de algún servicio de préstamos de libros online; las bibliotecas estarán cerradas pero sus servicios digitales están disponibles. Y por supuesto, asegúrate de leer las noticias en medios de comunicación confiables (sin abusar: hay que desconectarse también de vez en cuando).

Leer es una forma de viajar, de conocer otras realidades, de imaginar y de informarse a través de medios en los que confiamos. De igual forma, es un recurso de formación académica y actualización profesional. Wikisource, por ejemplo, es una biblioteca libre con más de 114.000 libros en español. 

3: Ver

Con la proliferación de plataformas digitales, la oferta audiovisual resulta abrumadora. Existen servicios de pago y también gratuitos. Así que lo difícil es saber elegir. Volver a ver viejos títulos en otros formatos también es una opción.

No todo son plataformas pagas como Netflix. Como soy venezolano, he sabido valorar la importancia de una televisión pública de calidad como Televisión Española. Su sitio web, abierto, ofrece contenidos para toda la familia. YouTube, por su parte, ofrece dibujos animados y películas completas en español o subtituladas. Sólo debemos teclear en su motor de búsqueda nuestras peticiones. 

4: Organizar

Quizás sea la hora de poner orden en casa. La sensación de deshacerse de cosas inútiles genera un placer indescriptible, además de garantizarnos un entorno limpio y salubre. La limpieza a fondo, particularmente en estos días, debe estar entre nuestras prioridades.

5: Ejercitar

Sea cual sea tu caso, disponer de un pequeño espacio en casa facilita el que puedas hacer flexiones, abdominales, sentadillas o replicar cualquier otra rutina que encuentres en YouTube. Las apps especializadas, como la Nike Training Club, son también excelentes alternativas.

6: Estudiar

Hoy puede ser un buen día para repasar o aprender algo nuevo. La educación en línea adquiere cada vez mayor importancia y la emergencia del coronavirus reforzará dicha tendencia. ¿Qué hay de ese curso de idiomas que compraste en el pasado? Plataformas como Miriadax o Capacítate para el empleo son gratis. El agregador en inglés Open Culture tiene muchos cursos, aparte de libros, películas y actividades. La Fundacion Juan March tiene audios y videos de conferencias y conciertos y una serie de conciertos didácticos, todo gratuito.

7: Conversar

¿Convives con mayores? ¿Desde cuándo no hablas con ellos para aprender de su experiencia? ¿Con quiénes más desearías conversar pausadamente? ¿Echas en falta hablar con tus hijos?

En un mundo con tantas prisas, la buena conversación es un bien escaso. Es un buen momento para hablar sobre los temas y retos que nos unen en un mundo cada vez más complejo, así como preguntarnos cómo nos sentimos y cómo podemos ayudarnos mutuamente. 

8: Escuchar

YouTube puede ser un gran aliado para encontrar miles de videoclips y conciertos. También están las aplicaciones como Spotify, con una versión gratuita, o sitios web de instituciones como la Filarmónica de Berlín

9: Escribir

Todos tenemos algo que contar. No importa la extensión o el formato, pero sí la honestidad y responsabilidad asociada con dicha labor. Si tienes tiempo pensando en escribir un libro o iniciar un blog este puede ser el momento. Las plataformas WordPress o Blogger tienen plantillas gratuitas para empezar. La colaboradora de Cinco8 Cynthia Rodríguez tiene una clase sobre cómo comenzar a escribir en la plataforma de aprendizaje Skillshare.

También están las redes sociales, claro. Pero cuidado: los generadores y consumidores de contenido debemos velar por el buen uso de las redes, evitando así la propagación de rumores y fake news.

10: Jugar

Puede que quieras retomar los juegos de mesa, si es que no eres más de videojuegos. Somos homo sapiens, pero también homo ludens. El juego, como ya señalara Johan Huizinga, es consustancial a la cultura humana. Disfrutemos juntos.

Otros verbos, otras preguntas y otras sugerencias caben en la guía. Cantar, bailar, cocinar o visitar (en Internet) son otras formas de vivir el ocio. Ejemplo de esto último es la iniciativa del Museo del Prado (#PradoContigo) de compartir con sus seguidores videos diarios comentando diferentes obras o espacios o, ampliando mucho más la mirada, descubrir otros museos y pinacotecas. He ahí el valor del ocio. El poder elegir lo que nos gusta más allá de las obvias y elementales necesidades de subsistencia.

Fernando Savater, en Política para Amador, nos recordaba que en la antigua Grecia quienes se refugiaban en lo privado (la casa) en detrimento de lo público (la ciudad) eran considerados idiotas. Hoy, con una realidad mucho más compleja y bajo otras circunstancias, debemos advertir la paradoja y actuar en consecuencia. Que el ocio te acompañe.