“En 1983 los caraqueños descubrimos una nueva ciudad, sin advertir lo que vivíamos ni cuánto nos marcaría”, escribe Enrique Larrañaga acerca de un año que los caraqueños recordamos por algo muy oscuro, el Viernes Negro, y también por algo de aluminio brillante y muchos colores: la inauguración del Metro de Caracas.
Fue más que un avance tecnológico que transformaría la capital. Partiendo del principio de que pasamos una enorme cantidad de tiempo en el transporte público, el Metro se planeó como un espacio amable, moderno y eficiente que compitiera con el automóvil. Siguiendo esa visión, el sistema se convirtió en una enorme vitrina de piezas visuales modernas del cinetismo, abstraccionismo, op-art y constructivismo a cargo de creadores que fueron en su momento merecedores de una mención de los Premios Nacionales de Cultura.
Hoy se ha normalizado el mal servicio, hay retrasos de hasta una hora, y el Metro no es una decisión sino el camino de quienes no tienen otra alternativa. En los últimos años ha habido hasta incidentes de explosiones, descarrilamientos e incendios, que han obligado a las personas a transitar a pie a lo largo de los rieles del tren, a riesgo de sofocarse.
Sin embargo, eso no significa que el Metro de Caracas no siga siendo una inspiración para el arte contemporáneo venezolano. Cinco8 hizo una convocatoria y recogió el trabajo de doce artistas visuales venezolanos que usan la fotografía, el video, la ilustración, la animación y la pintura para hablar de ese espacio en el que transitamos junto a miles de personas de la ciudad. Taniuska Kolasvi, una de las artistas seleccionadas lo describe así: “Como cualquier otro medio de transporte, el metro es un lugar de paso, un no-lugar como diría Marc Augé; un intermedio entre un punto de partida y un punto de llegada. Pero eso sin duda llega a formar parte de la identidad de cada caraqueño/a que hace uso de este medio”.
Infraterra – TEASER from Gustavo Vera on Vimeo.