
Este trabajo lo inspira el ensayo "Posing Soul: Joliesse en silhouettes", un estudio de la pose dentro del marco estético del género.

Queríamos ahondar en ese espacio que vive entre lo masculino y lo femenino.
Foto: Miguel Amortegui

Busco ser exagerado, femenino, bello. Lo hago a través de la estética ballroom, una escena 100% queer, donde el display del performer vale más que los elementos que lo acompañan.

El voguing es una práctica dentro del Ballroom.

Tengo una relación particular con el cuerpo y se ha ampliado con el tiempo. La exploración corporal ha sido fundamental para entenderme a través de la estética y la emocionalidad.

La fotografía captura la emoción del cuerpo, pero el performance la cuenta.

Al principio quería ver a mi cuerpo como algo bello, para confrontar mis propias inseguridades: de allí la reimaginación de la altura, la delgadez, el color negro de mi piel. Después se convirtió en una interacción más emocional.

Intento desafiar la realidad de mi propio cuerpo, y buscar su carácter escultórico, basándome en líneas y formas.
